Siempre quise estudiar psicología. En aquellos años simplemente quería entender muchos «¿porque?» que había en mi cabeza y claramente entendía poco sobre lo que de verdad implica ejercer la psicología clínica. No obstante, a medida que avanzaba en mis estudios y mi comprensión aumentaba fui reeligiendo la psicología de manera mucho más consciente, y finalmente se ha convertido en mi profesión.
Durante la carrera hubo varios profesores inspiradores cuya visión de las personas y las relaciones me atrapó. Así fue como llegué al posgrado de Comillas sobre Intervención Sistémica. Puedo decir que ahí encontré un marco teórico que de verdad encajaba con mi visión de las cosas y que me enamoró, así que esos 3 años asentaron las bases de lo que hoy es mi yo terapeuta.
Por el camino he ido incorporando otras miradas que me han ayudado a crecer como profesional y como persona y la más importante en este sentido ha sido la formación de 3 años en Psicodrama.
Mi primer trabajo propiamente dicho como psicóloga fue en el campo de las adicciones, en un centro especializado en el tratamiento de esta problemática.
De ahí di el salto «a lo social»,trabajando como psicóloga en diferentes servicios a lo largo de estos años: en atención primaria en servicios sociales,con grupos de violencia de género, de capacitación parental o en violencia filio-parental.
Durante toda mi andadura laboral he podido combinar mi vocación social con el ejercicio de la práctica privada, actividad que lleva realizando desde hace 10 años, y que ahora se concreta en este proyecto que es PSILABA y que estoy encantada de compartir con vosotros.